El invierno pertenece al elemento del Agua. Si miramos a este elemento podemos observar como su movimiento paciente es capaz de adentrarse en cualquier rincón. Este elemento nos habla de la capacidad de perseverancia y adaptación al entorno. Tiene que ver con la paciencia, la sabiduría innata y la intuición.
En nuestro propio cuerpo hay muchos elementos que son líquidos y son justo estos los que nos proporcionan hidratación y posibilidad de movimiento sin rigidez. El elemento del agua nos habla también del reposo, el descanso y la observación.
En estas dos horas hablaremos con mayor detalle de estos conceptos para poder ponerlos en el cuerpo y sentirlos en la propia piel. El agua quiere que nos movamos inteligentemente sin desgastarnos. Nutriendo cada rincón de nuestro ser sabiendo en qué momento nos resistimos y cómo hacer para abrir canales de comunicación entre todo lo que somos.
Que haremos en la clase ?